Cuando se trata de emprender, escoger un buen presupuesto puede marcar la diferencia entre tener utilidad o caer rápidamente en un déficit financiero que haga fracasar el proyecto. Pero si seguimos estos consejos, podríamos tener por lo menos una base para saber escoger.
La inversión inicial
Por pequeño que pueda ser, todo proyecto necesita de una inversión primaria, la cual viene a garantizar que a la larga de acuerdo con la productividad y rentabilidad de esa producción, el dinero se va a recuperar, para asegurarse de esto es importante también llevar un control del gasto. Así que se tiene que elaborar un presupuesto básico que contemple un monto a invertir para arrancar, obviamente tomando en cuenta cuál será el origen de esos fondos, si se trata de un dinero ahorrado para este fin o si se va a emplear un préstamo o crédito para capital de trabajo.
Todos los gastos que se originen del arranque y operativa del negocio deberán estar incluidos en el presupuesto y tiene que hacerse en función del capital del que se dispone y, por supuesto, del que se ha registrado. Esto es lo único que garantiza la transparencia de la operación y que el dinero que se va a utilizar no compromete el resto de las actividades contempladas.
El origen del financiamiento más idóneo
Para establecer las posibilidades de obtener dinero para iniciar las operaciones, primero debes evaluar el estado financiero individual y si se va a emprender con un grupo o con un socio, también evaluar el estado financiero de cada uno, de modo que se determine qué capacidad tiene cada quien de aportar financiamiento; de no ser posible esta opción, entonces planificar la obtención de un préstamo o crédito.
Cuál préstamo buscar
La mejor opción para un préstamo que cubra el presupuesto del proyecto es el que se consigue a través de una institución financiera. Primeramente, porque los bancos otorgan el crédito y en todo momento se podrá saber cuántas cuotas restan, cuánto se paga en cada una de ellas, cuánto se adeuda en intereses y en capital; también cómo se puede pagar, si a través de transferencias en línea o con descuentos automáticos o cargo a cuenta bancaria. Además de eso, los bancos nunca te van a cobrar más de lo que se ha estipulado.
En contraposición, un prestamista te hará cobros sucesivos de intereses, haciéndote ver que puedes seguir dándole larga al pago del capital, pero obviamente con los intereses estará desbancando tus finanzas y le seguirás debiendo dinero aunque no pares de pagarle.
Finalmente, una vez tomada la decisión de cual tipo de préstamo elegir, es importante elegir un sistema para llevar el control de los gastos, existen en el mercado una serie de alternativas viables como fullstep, diseñadas para controlar eficientemente el presupuesto de la empresa.
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